En la actualidad, la reducción de las tasas de mortalidad y la disminución de la fecundidad, han llevado a que haya un mayor porcentaje de población mayor en nuestro país.
La jubilación supone un gran cambio en la trayectoria vital de las personas, ya que supone la separación de la actividad diaria dirigida hacia el mercado laboral y un giro repentino en la distribución del tiempo y de las relaciones sociales de la persona.
La jubilación puede llegar a generar una crisis de identidad personal. El abandono del empleo y la reducción de ingresos, puede llevar a una importante pérdida de los roles y caída de estatus. Estos hechos ocasionan sentimientos como la inutilidad, tristeza, soledad y pasividad.
Además el proceso de la jubilación puede suponer una disminución de las redes sociales en las que se insertan los individuos, así como un notable empobrecimiento de los contactos interpersonales que mantienen fuera del ámbito doméstico.
El progresivo envejecimiento de la población ha ocasionado el surgimiento de múltiples formas de intervención, que tienen por objeto la mejora de la calidad de vida de las personas mayores.
Como dice Collado (1993), “enriquecer la última etapa de la vida, aportando sentido y bienestar a la existencia de nuestros mayores, es el gran objetivo que la sociedad debe ahora plantearse.
Es por esto, que la vida adulta y la gente mayor, constituye actualmente uno de los ámbitos de actuación del educador social.
En este campo, que resulta tan desconocido para la mayoría de los Educadores Sociales de nuestra universidad, existen multitud de áreas que posibilitan nuestra intervención:
ÁREA DE ACCIÓN CULTURAL
ÁREA DE DINÁMICA OCUPACIONAL
ÁREA DE DESARROLLO PSÍQUICO FÍSICO
ÁREA DE ACCIÓN SOCIAL Y DE CONVIVENCIA
El inmovilismo físico, social, mental y afectivo son varios de los peligros en los que puede caer una persona mayor.
Por ello, los principales objetivos a conseguir en los programas dirigidos a las personas mayores se encuentra: la promoción del bienestar personal, grupal y comunitario de las personas de edad avanzada, la mejora de su calidad de vida y su salud integral, y la estimulación de las capacidades, habilidades y destrezas de las personas de la tercera edad.
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