14 de abril de 2015

El teatro como herramienta de transformación

“Todos debemos hacer teatro para averiguar quiénes somos y descubrir quiénes podemos llegar a ser” (Boal, 2006)


El teatro puede ser trabajado como arte o como herramienta de transformación social. Como futuros  educadores sociales nos interesa el teatro en su vertiente de herramienta de transformación personal y colectiva.

Encontramos multitud de denominaciones, con diferentes matices: teatro aplicado, teatro social, teatro para el desarrollo, teatro comunitario, teatro del oprimido y animación teatral.

Lo importante del teatro social es el proceso educativo que se produce. El teatro aplicado supone la ruptura con el teatro tradicional, pues se puede realizar en cualquier  lugar y la estética es pobre, no es necesaria una gran riqueza de medios.

Habitualmente el teatro social es creado colectivamente.El objeto del teatro es, mediante la representación, analizar y pensar la realidad de manera diferente.  El teatro supone un cambio personal, ( desmaquinación ,según Boal), nos separa de la acción mecanizada. Además supone se  un trabajo colectivo, cohesionamos el grupo, conocemos a los otros...

Fuentes del teatro aplicado son Paulo Freire y su pedagogía crítica y Boal, con el teatro aplicado.


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Augusto Boal, una de las voces  más potentes y comprometidas  del teatro latinoamericano. Su visión y sus propuestas teórico-prácticas siguen plenamente vigentes en estos momentos.

La principal propuesta de Boal es el Teatro del Oprimido.Éste desarrolló la teoría, la estética y la técnica del Teatro del Oprimido durante su exilio político entre los años 1971 y 1986 en Argentina y Perú con el objetivo principal de , “otorgar la palabra a las clases oprimidas y a todos aquellos quienes son oprimidos en el interior de éstas”.

Pero, ¿Qué es el Teatro del Oprimido? Es una metodología conocida y llevada a cabo en todo el mundo, cuyo objetivo es utilizar el teatro y las técnicas dramáticas con la finalidad de comprender y buscar  alternativas a problemas sociales e interpersonales.

Se trata de estimular a los participantes no-actores a expresar sus vivencias de situaciones cotidianas de opresión a través del teatro. Desde sus implicaciones pedagógicas, sociales, culturales, políticas y terapéuticas se propone transformar al espectador -ser pasivo- en espect-actor, protagonista de la acción dramática -sujeto creador-, estimulándolo a reflexionar sobre su pasado, modificar la realidad en el presente y crear su futuro.  (Boal, 1980).


Desde nuestro punto de vista, como futuros profesionales de la educación social, opinamos, que en un mundo en el que la educación ha de dejar de hacerse de un modo tradicional, para pasar a dar importancia a los educandos, a la participación y al fomento del deseo y la motivación,el teatro social es una fantástica herramienta.

El teatro social nos puede ofrecer un  equilibrio entre lo lúdico y lo pedagógico, y como he comentado anteriormente, mediante esta herramienta  se puede dar un crecimiento de la persona dentro de un contexto de grupo.

En definitiva, el teatro social,puede facilitar la comunicación y el  intercambio, llevando esto a un crecimiento individual y grupal.
















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