“Todos debemos hacer teatro para averiguar quiénes somos y descubrir quiénes podemos llegar a ser” (Boal, 2006) |
El teatro puede ser trabajado como arte o como herramienta de transformación social. Como futuros educadores sociales nos interesa el teatro en su vertiente de herramienta de transformación personal y colectiva.
Encontramos multitud de denominaciones, con diferentes matices: teatro aplicado, teatro social, teatro para el
desarrollo, teatro comunitario, teatro del oprimido y animación teatral.
Lo importante del teatro social es
el proceso educativo que se produce. El teatro aplicado supone la ruptura con
el teatro tradicional, pues se puede realizar en cualquier lugar y la estética
es pobre, no es necesaria una gran riqueza de medios.
Habitualmente el teatro social es
creado colectivamente.El objeto del teatro es, mediante
la representación, analizar y pensar la realidad de manera diferente. El
teatro supone un cambio personal, ( desmaquinación ,según Boal), nos separa de
la acción mecanizada. Además supone se un trabajo colectivo, cohesionamos el
grupo, conocemos a los otros...
Fuentes del teatro aplicado son Paulo Freire y su pedagogía crítica y Boal, con el teatro aplicado.
Augusto Boal, una de las voces más potentes y comprometidas del teatro latinoamericano. Su visión y sus propuestas teórico-prácticas siguen
plenamente vigentes en estos momentos.
La principal propuesta de Boal es el Teatro del Oprimido.Éste desarrolló la teoría, la estética y la técnica del Teatro del Oprimido durante su
exilio político entre los años 1971 y 1986 en Argentina y Perú con el objetivo principal de ,
“otorgar la palabra a las clases oprimidas y a todos aquellos quienes son
oprimidos en el interior de éstas”.
Pero, ¿Qué es el Teatro del Oprimido? Es una metodología conocida y llevada a cabo en todo el mundo, cuyo objetivo es utilizar el teatro y las técnicas dramáticas con la finalidad de comprender y buscar alternativas a problemas sociales e
interpersonales.
Se trata de estimular a los participantes no-actores a expresar
sus vivencias de situaciones cotidianas de opresión a través del teatro. Desde sus
implicaciones pedagógicas, sociales, culturales, políticas y terapéuticas se
propone transformar al espectador -ser pasivo- en espect-actor, protagonista de
la acción dramática -sujeto creador-, estimulándolo a reflexionar sobre su
pasado, modificar la realidad en el presente y crear su futuro. (Boal, 1980).
Desde nuestro punto de vista, como futuros profesionales de la educación social, opinamos, que en un mundo en el que la educación ha de dejar de hacerse de un modo tradicional, para pasar a dar importancia a los educandos, a la participación y al fomento del deseo y la motivación,el teatro social es una fantástica herramienta.
El teatro social nos puede ofrecer un equilibrio entre lo lúdico y
lo pedagógico, y como he comentado anteriormente, mediante esta herramienta se puede dar un crecimiento de la persona dentro de un contexto de grupo.
En definitiva, el teatro social,puede facilitar la comunicación y el intercambio, llevando esto a un crecimiento individual y grupal.
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